martes, 20 de julio de 2010
JORGE ALGORTA - CLASES DE PIANO, TECLADOS Y MÚSICA
LAS CLASES
Desde la primera clase el alumn@ toca con las dos manos, cualquiera sea el instrumento que posea, mezclando las dos grandes escuelas musicales, es decir la comúnmente llamada “clásica” y la “popular”.
Ambas necesitan una de otra para que la enseñanza sea completa y no parcial.
De esta manera el aprendizaje se torna mucho más ameno y ágil, independientemente de los gustos musicales de cada persona.
Yo le proveo al alumno de todo el material didáctico que necesita.
De Piano: el piano es un instrumento que, por sus características físicas, debe ser tocado con una técnica específica que se aplica según la edad del alumn@. De tal manera, junto a un repertorio de obras académicas y de temas populares, se agregan ejercicios puntuales para la relajación, la digitación, la elongación y la velocidad de la mano y los dedos.
Desde el punto de vista de las dificultades con que nos enfrentamos para tocar el piano, encontramos en la música clásica y académica todos los elementos técnicos que después aplicamos con éxito en la música popular, cualquiera sea su género o estilo.
De Teclados y Órgano: la denominación “teclado” es un término genérico ya que todos los instrumentos con teclado, son teclados.
Le llamamos habitualmente “teclados” a los “sintetizadores o samplers”, instrumentos que se encuadran dentro del equipamiento profesional debido a sus características específicas de modificadores y creadores de sonidos. Éstos no poseen amplificación propia (parlantes) y debemos conectarlos a un sistema externo, generalmente tienen un alto grado de fidelidad sonora y actualmente conviven modelos “vintage” (antiguos o desprogramados), análogos, digitales y de diversos tipos de extracción sonora.
Los llamados “órganos” son instrumentos que poseen un banco bastante amplio de sonidos, otro de ritmos, un sistema de acompañamiento automático y sí tienen amplificación propia (parlantes).
Son, a mi juicio, los instrumentos ideales para la introducción en el mundo de la música de niños o de aquellas personas que no tengan ningún conocimiento previo, permitiéndoles a medida que van evolucionando, “pasarse” al piano sin ningún inconveniente.
En cualquiera de los casos, (piano, teclados u órgano) mi sistema consiste en enseñar sobre piezas muy fáciles y simples, para que sobre ellas, el alumno vaya incorporando los elementos de lectura y teóricos que darán formación básica a su ejecución.
De ésta manera se evitan tediosos ejercicios y lecturas complicadas, obteniendo el mismo resultado final de una forma mucho más amena.
No hay que olvidarse que la música es producto esencialmente de la práctica, así que cuanto mas se toca o estudia, mas cerca estamos de los buenos resultados.
Ofrezco, además, al que lo solicite, todo el asesoramiento necesario previo a la compra o adquisición de un piano, teclado u órgano, en virtud de ser una operación específica que debe satisfacer lo mas acertadamente las necesidades y los requerimientos de quién la haga.
De lenguaje musical y/o audioperceptiva: son las materias que conforman, una, la incorporación de elementos de lectura e interpretación de cualquier instrumento y la otra la educación auditiva necesaria para escuchar lo que tocamos y entenderlo, como así también escuchar música y poderla reproducir uno mismo, lo que habitualmente se denomina “tocar de oído”.
Ambas conviven a diario con la persona que toca cualquier instrumento y yo las voy enseñando a medida que aparecen sus elementos en la ejecución lo que hace el aprendizaje absolutamente práctico.
De armonía: es la materia que rige la convivencia simultánea de sonidos, comúnmente identificada con los “acordes”.
Desde el primer momento mis alumn@s reciben nociones de armonía ya que ésta, pese a ser un área muy compleja del estudio de la música, aparece siempre desde lo mas elemental combinada con el ritmo y conformando de esta manera, el acompañamiento.
Enseño armonía tradicional y popular, (jazz, tango, folklore).
ESTUDIO
Cuento con pianos, sintetizadores, órganos, así como sistemas de sonido profesional, amplia discoteca y biblioteca de consulta y sistemas informáticos.
El estudio está ubicado en el barrio de Boedo, próximo al de Parque Patricios en Capital Federal, Buenos Aires, teniendo acceso a muchos medios de transporte hacia todas las direcciones.
BIOGRAFÍA
Mi padre, Jorge Algorta, fue un gran cantante lírico solista, portador de un inigualable registro de bajo, cantó desde 1945 hasta 1980, año en el que falleció en la ciudad de Buenos Aires. Vivió entre 1946 y 1961 en Milán, Italia donde cantó ininterrumpidamente en el gran teatro Alla Scala de esa ciudad y por toda Europa.
Desde 1961 hasta su muerte cantó en el Teatro Colón de Buenos Aires, junto a primeras figuras de la lírica internacional.
A partir de 1971, cuando tenía 10 años, comencé a estudiar música.
Mi formación
Conservatorios
*Conservatorio Nacional de Música “Carlos López Bouchardo”: Curso de Iniciación Musical, Carrera de Piano, Teoría y Solfeo, Coro y Percusión. 1971 - 1974.
*Conservatorio Municipal de Música “Manuel de Falla”: Carrera de Piano prof. Lydia Negri, Audioperceptiva, Historia de la Música, Conjunto Instrumental prof. Sebastián Piana. 1974 - 1977.
Otros estudios musicales realizados
*Alumno del maestro Manuel Juárez en las disciplinas de Armonía, Composición, Morfología y Orquestación. 1982 – 1985.
*Alumno del maestro César Grimoldi en la disciplina de Piano. 1983.
*Alumno del prof. Jorge Haro en la disciplina de Síntesis Electrónica 1985 – 1986.
*Academias Musicales Yamaha “Seminario para Profesores”. 1982.
Mi experiencia laboral
Docencia
*Academias Musicales Yamaha – Fundación Cultural Promúsica. Profesor de órgano electrónico, método Electone, profesor a cargo del sistema Curso Infantil de órgano Yamaha. 1982 – 1986.
*Comienzo de la actividad como docente particular de Piano, Órgano, Teclados, Armonía, Lenguaje Musical. 1986 / actualidad.
*Co-docente en el taller de Música Afro-Rioplatense, dictado en el Centro Cultural Gral. San Martín. 1987 – 1988.
*Dictado de talleres sobre Candombe y música afrorioplatense.
*Pianista y tecladista de dúo uruguayo Washington Carrasco – Cristina Fernández , (música latinoamericana y gallega), desde 1983.
*Tecladista suplente de la cantante Silvina Garré. 1983.
*Pianista en vivo de la obra de teatro “Reina de Corazones”, dirigida por Carlos Mathus 1983.
*Pianista del compositor uruguayo Aníbal Sampayo (música folklórica y litoraleña) desarrollando una intensa actividad de recitales en Uruguay, Provincia de Buenos Aires y Provincia de Entre Ríos, participando del movimiento de músicos independientes “Alternativa Musical Argentina”, desde 1985.
*Ejecutante y arreglador de grupo de música latinoamericana “Surgente”.1985 – 1989.
*Tecladista y arreglador del cantante y compositor Yábor con quien viajó por el interior del país en el marco de los ciclos auspiciados por la Secretaría de Cultura de la Nación, participando en el Festival Cosquin 89’.1987 – 1990.
*Pianista del trío de bossa nova “La Concesión”.1988 – 1989.
*Tecladista de la banda de música internacional “Money”, grupo estable del Hotel Buenos Aires Sheraton Hotel. 1990 – 1991.
*Pianista de la “Porteña Jazz Band”, orquesta de jazz tradicional argentino. Participó de la gira europea en 1991, presentándose en dieciséis escenarios de Suiza, Alemania, Holanda y España, destacándose el Festival Internacional de Jazz de Enkhuizen (Holanda) y actuaciones en la TVE de Madrid y Barcelona.1990 – 1991.
*Productor, ejecutante y arreglador del la organización musical “Memory” que se especializa en la musicalización en vivo (con formato variable) de todo tipo de eventos. 1991 – actualidad.
*Productor, ejecutante y arreglador del dúo de música latina “Piel Canela”.1998.
*Director de campanario del reloj de la Legislatura Porteña en el concierto de campanas “Será Buenos Aires” del compositor valenciano Llorens Barber. 30/12/1998.
*Pianista del dúo de folklore “Graciela Arenas, Jorge Algorta”. 2000 – 2001.
*Musicalizador de concerts en los colegios San Maximiliano Kolbe, y St. Catherine’s Moorlands1994 – actualidad.
*Colaborador en la produción de artísticas musicales para el programa “En La Vereda” – AM 1110- Radio de la Ciudad de Buenos Aires. 2000 – 2002.
*Productor de play-backs (pistas).
*Operador de sonido.
*Coordinador, organizador, arreglador y musicalizador de producciones independientes.
*”La Cuerda – trío”, piano, canto, percusión, arreglos y relatos. 2006 - actualidad
-“Habrá un Mañana”, Washington Carrasco /Cristina Fernández. Ejecutante y arreglador.1983.
-“Uniendo Pedazos de Palabras”, Washington Carrasco /Cristina Fernández. Ejecutante y arreglador. 1984. Junto a figuras como Chango Farías Gómez, Litto Nebbia, Ruben Rada, Roberto ”Fats” Fernández, Bernardo Baraj y otros.
-“Patria”, Anibal Sampayo. Ejecutante de piano y arreglador. 1985.
-“Africanías”, Yábor. Tecladista y arreglador.1987.
-“Cantata José Artigas”, Anibal Sampayo. Percusión.1988.
-“Do you remember brother”, Enrique Liberal Cardoso. 1999.
Pipo Pescador // Quinteto Tiempo // Chacareata Santiagueña // Willy González // Jorge Vidal // La Vuelta // Dúo Gatti-Zapata // Jorge Navarro // Esteban Morgado // Oscar Kreimer // Contrafarsa (murga) // La Renovada (murga ) // Frank Delgado // Osvaldo Navarro // Santa Revuelta // Beto Caletti Trío // Secret World //Trío Pesoa, Solas, Segret //
Entrecoplas, etc.
Sonido en exteriores para el programa “En La Vereda”, transmitido por AM 1110, Radio de la Ciudad de Buenos Aires, conducido por Quique Pesoa.
viernes, 25 de abril de 2008
"LA CUERDA - trio" , Candombe y Milonga
Es un proyecto dedicado a la difusión y la recuperación de la música de origen afro en el Río de la Plata, precisamente el Candombe, la Milonga y el Tango.
El trío está compuesto por Rubén "Mosca" Bloise, percusión y canto, Nahuel López Caviglia , bandoneón, percusión y coros y yo, Jorge Algorta, piano, canto, percusión, relatos y arreglos.
Hacemos un recorrido por la historia del Candombe tanto montevideano como porteño, desde 1790 hasta nuestros días, relatando aspectos históricos y culturales de la vida de los afros y afrodescendientes de Argentina y Uruguay, tocando desde temas propios hasta de prestigiosos autores de tango y candombe como S. Piana, H. Manzi, R. Gavioli, A. Troilo, R. Rada, A. Piazzolla y muchos otros.
Para mas información los invito a entrar en nuestro sitio www.lacuerdaweb.com donde encontrarán toda la información del grupo y la agenda actualizada de presentaciones y actividades.
sábado, 23 de febrero de 2008
EL BARRIO DEL TAMBOR
EL BARRIO DEL TAMBOR
En casi todas las ciudades del mundo encontramos zonas geográficas, de indefinida circunscripción y de una marcada pertenencia popular, áreas cuyo nombre nos suena en el oído desde que nacimos y que en muchos casos no sabemos si existen o existieron y obviamente, donde quedaban. Eran los barrios “escondidos”.
Salvo los memoriosos o los historiadores, que en ocasiones lo citan imprecisamente, nadie termina de dar datos definitivos sobre su existencia ya que tampoco figuraba en los planos o en los mapas, al igual que hoy las villas de emergencia no figuran en ningún plano, ocupando muchas veces campos en blanco sin ninguna inscripción que las identifique como tales.
Nuestra ciudad encierra en sus entrañas, el misterio de zonas que se perpetraron en la memoria colectiva, invisibilizandose a través de los años ya que su mención quedó solo conservada por la oralidad o por los recuerdos de algunos poetas que le dieron palabra al tango.
Tal era el caso del Barrio de las Ranas o de las Latas (Parque de los Patricios, también llamado los Corrales Viejos), Catedral al Sur y Catedral al Norte (parte de Montserrat y de San Nicolás o sea el Microcentro de hoy), el Alto de San Pedro (San Telmo),
El Barrio del Tambor era uno de esos barrios “escondidos” que, sin quererlo, compartía el territorio de Montserrat y parte de San Telmo, y por supuesto, nos ocupa ya que su nombre se debe a que era la zona donde se agrupaban los negros que eran libertos, sus viviendas, sus Naciones, sus Sitios, sus historias.
No encontramos ningún plano donde figuren límites o zonas específicamente señaladas como el Barrio del Tambor (al menos hasta ahora, 2008), pero sí lo encontramos citado con ese nombre en varias publicaciones del Siglo XIX, donde lo ubican en un perímetro aproximado entre las calles Paseo Colón (al Este), Av. Independencia (al Sur), Av. Entre Ríos (al Oeste) y la calle Moreno (al Norte). Por supuesto que esta amplia zona que pertenece a Montserrat y a San Telmo no era exclusivamente un barrio de negros, sino que se la llamaba así porque en él, vivía gran cantidad de éstos junto con todo tipo de habitantes provenientes de todas partes y orígenes.
Área aproximada del Barrio del Tambor según interpretación del autor.
Plano Bianchi 1882
En ningún momento existió un “guetto” o algo similar. Simplemente que en sus calles vivían en estado de libertad, reunidos por origen, en algunos casos, o por familiaridad de parentesco en otros.
Es interesante conocer el punto de vista de Vicente Rossi: “La banda occidental del Plata fue un pandemonio de negros; poblaban en todos los rincones de Buenos Aires, siendo de su particular dominio unas veinte manzanas comprendidas en la jurisdicción de las parroquias de San Telmo, Concepción, Santa Lucía y Montserrat que formaban el famoso Barrio del Mondongo, haciendo marco al bajo del Riachuelo, la no menos famosa Boca,
Y ya que lo dijo Rossi señalemos que Barrio del Mondongo era otra denominación del mismo Barrio del Tambor, nombre que proviene del pueblo africano Mondongo (Bantú), cuyos miembros se acercaban al Matadero Central del Sur a pedir los restos de las faenas y todo lo que se tiraba a la basura. Entre los cortes de su preferencia estaba la panza o estómago vacuno también llamada libro. De ahí que genéricamente le quedó el nombre mondongo a esa parte de la vaca y por extensión y vulgarismo, al barrio.
A esta altura debemos decir que se le llamaba barrio del tambor a cualquier caserío de negros o lugar donde vivieran o se establecieran no aisladamente, tanto en la zona urbana como suburbana, de manera que se hablaba en plural y genéricamente de “los” barrios del tambor.
Como barrio en sí mismo el del Tambor obviamente no tenía entidad administrativa estuviera donde estuviese, ya que no aparece ni en los censos ni en los planos, aunque si en los documentos y escrituras; todos hablaban de esos barrios que no existieron para la realidad blanca del Estado virreinal ni del nacional más tarde. A tal grado existía esa zona como bien definida en la ciudad que un testamento de 1809 da como dato suficiente para su ubicación:”un cuarto de tierra perteneciente a dichas testamenterías, cito en el nombrado Tango de los negros, barrio de la parroquia de
El centro neurálgico del barrio llegó a ser, en la última década del Siglo XVIII, el Hueco de Montserrat, denominación que se le daba a las plazas y a los parajes de carretas y caballos.
Hueco de Montserrat 1844 – grabado, A.G.N.
El nombre se lo otorgó
En ese lugar se levantó una plaza de toros que funcionó desde Febrero de 1791 hasta principios de 1800, época por la que se mudó a la actual Plaza San Martín hasta 1819.
Esta plaza de toros fue uno de los factores de impulso comercial del barrio ya que en su entorno empezaron a aparecer, pulperías, casas de juego, ventas de todo tipo de productos de abastecimiento para la actividad taurina, mercados y por supuesto prostíbulos y peringundines.
Era famosa la calle Aroma, popularmente llamada “del pecado”, callejón de una cuadra que corría de Oeste a Este, paralelo a la calle Moreno y terminaba en el hueco o plaza, funcionando como toril de ésta, donde al caer el sol, el malandraje afloraba haciendo de la zona un lugar de peligrosa reputación.
Calle Aroma, al fondo la iglesia de Montserrat y la calle Lima, 1890.
Para ubicarnos hoy: la plaza de Montserrat estaba en la mitad de la manzana que hoy ocupa
Cuando se decidió trasladar la plaza de toros, el barrio entró en una marcada decadencia debido a que los comerciantes se empezaron a mudar hacia el Retiro, dejando muchas viviendas y solares abandonados y sumiendo aún más en la pobreza y la marginalidad toda la zona. Fue entonces que los negros empezaron a ocupar esas viviendas y edificaciones transformándolas en conventillos donde el hacinamiento y la promiscuidad eran el reflejo de la extrema pobreza en que vivían los afros. Un tipo de vivienda típica de esa época la describe Schávelzon: “…al parecer lo habitual era un terreno normal con una casa mínima de sala de adobe cocido o ladrillo, techo de tejas, aposento y cocina con un gran terreno al fondo. En realidad era el tipo de casa mas común en la ciudad para todos los pobres, blancos y negros.”
En la elección de la zona, posiblemente haya influido también la imagen de
Era común que en las procesiones, la imagen fuera llevada en andas acompañada de cantos, cirios y tambores provenientes de la feligresía negra que recorría con devoción las calles del barrio.
Otra de las características, en lo que se refiere a la población afro fue que en esa zona se radicaron la mayor cantidad de Salas de Nación o Naciones en casas que en ocasiones, eran compradas por ellos mismos o bien eran cedidas por algún amo. Se ubicaban principalmente en las calles México y Chile donde tenían sus tambos y canchas donde se desarrollaban los candombes en los días festivos y los Domingos. Francisco García Jiménez escribe en su Historia del Tango 1880-1930: “…una llamativa noticia de aquellos tiempos menciona una Casa y Sitio de Tango o Tango de los Negros que ocupaba un terreno de mil doscientas varas cuadradas en la parroquia de
Este aspecto es de real importancia en el difícil rastreo de los antecedentes afroporteños ya que las Naciones fueron el eje social de los negros reunidos por distintos motivos, entre los que se encontraba principalmente la recaudación de fondos para las “manumisiones” de sus compañeros, es decir el pago por la libertad a sus amos y dueños, la asistencia económica en caso de enfermedad, la organización de funerales y todo esto, financiado por la actividad que mas les gustaba que eran los bailes, donde aprovechaban para recaudar fondos.
En las Naciones además se mantenían las tradiciones de cada origen pero el denominador común se llamó Candombe que como representación privada de la coronación y ceremonia de los reyes africanos, se extendía hasta el baile multitudinario abierto a la comunidad al toque inconfundible del tambor. Este hecho (y lo anterior) fue denominador común entre las Naciones de Bs. As. y Montevideo.
Desde el punto de vista demográfico el barrio que más densidad de negros tenía era Montserrat con el 33,25%, le seguía San Nicolás con el 29,9%, Catedral al Norte y Sur,
Vivienda de una familia afro, en Bs. As a fines del Siglo XIX, A.G.N.
Teniendo en cuenta que Buenos Aires contaba con aproximadamente un 33% de población negra por 1810, llegada la mitad del siglo este porcentaje disminuyó sustancialmente. Poco a poco las clases acomodadas fueron poblando las zonas mas al Norte de la ciudad hacia el Pilar y el Retiro y junto con ellos se iban trasladando sus antiguos esclavos ocupando los suburbios humildes de dichas zonas. Mientras que por el Barrio del Tambor se quedaban los más pobres y sin trabajo fijo o simplemente los que no querían o no necesitaban emigrar. No nos olvidemos que los grupos sociales se reúnen en torno a sus fuentes de trabajo, tanto en lo rural como en lo urbano y poco a poco esta zona pasó a ser un área relegada del progreso ya que solo acumulaba pobres y los hacinaba en conventillos. Refiriéndose a este aspecto dice Oscar Natale: “ …el avance de los desclasados –y la mayor parte de los negros lo eran- hacia los nuevos focos de “la mala vida”, donde nació el Tango, o hacia el rancherío o el conventillo rejuntado o entremezclado con la abundancia.”
Los afroporteños habitaron el barrio del Tambor hasta que su presencia empezó a declinar allá entre 1860 y 1870 cuando las primeras oleadas de inmigrantes europeos los empezaron a desplazar de los conventillos y a ocupar los lugares que éstos tenían como propios. Ya en ese entonces la raza negra decaía por su baja natalidad, su altísimo porcentaje de muertos en las guerras y, obviamente, porque dejaron de “entrar” al país como lo habían hecho por mas de dos siglos como esclavos. Todo esto contribuyó al desmembramiento social de los afros, desapareciendo gran parte de sus sociedades y Naciones produciéndose, a la vez, una inevitable mezcla de sangre con la criolla, la europea y la indígena.
Y en ese proceso silencioso, sombrío y bastante tergiversado, se perdieron los rastros arquitectónicos, materiales, sociales, culturales y artísticos que llevaron al Barrio del Tambor a ser el “lugar”, el punto geográfico del negro en Buenos Aires tanto como en Montevideo lo fue el Barrio Reus y también hasta hoy en día, Barrio Sur y Palermo.
A nadie le importó conservar algo del barrio. Posiblemente los directamente involucrados no dimensionaron el despojo y la indiferencia de que fueron víctimas y mucho menos, imaginaron el valor histórico que esas paredes hubiesen encerrado para la posteridad.
Barrio donde el cuero y el fuego forjaron uno de los primeros ritmos nacidos en estas tierras: el Candombe y de él,
Matriz del mutualismo nacional, donde una cincuentena de Naciones tejieron las primeras redes de ayuda mutua y pertenencia social organizada del país.
Cuna de hombres y mujeres que defendieron con su vida esta patria que no eligieron. De artesanos, poetas, músicos, payadores y trabajadores en fin que a la par de cualquier blanco, criollo o europeo, sufrieron el estigma de pertenecer a la franja mas baja del escalafón social, no por elección sino por indigna herencia.
“Negros porteños”, A. Taullard 1927
El Barrio del Tambor me sugiere barro, olor a guiso de mondongo, carros tirados por caballos, gritos, ropa colgada, velas encendidas, palabras ininteligibles en kimbundu o lingala, sombras, lavanderas camino al río, amaneceres, viejos negros tomando mate, perros correteando de casa en casa, la letanía de alguna oración, el guitarrero atrincherado en el boliche con un vaso de caña como escudo, fogatas, los pies descalzos reptando, el susurro de un tambor acariciado por callos ancestrales que desatan la alegría y conducen el dolor al fondo de una botella.
Y luego el olvido…
El negro no pudo escribir la historia nacional porque prácticamente fue analfabeto, pero Vicente Fidel López en su Manual de Historia Argentina escribió: “La salvaje algazara que se levanta en el aire, de aquella circunvalación exterior, la oíamos –hablo como testigo – como un rumor siniestro y ominoso desde las calles del centro, semejante al de una amenazante invasión de tribus africanas, negras y desnudas.”
Tal vez estas líneas ayuden a comprender porqué ya no está.
Jorge Algorta
Febrero 2008
viernes, 22 de febrero de 2008
NACIONES AFRICANAS
Una de las características mas sobresalientes que tuvieron los esclavos negros, tanto en su triste peregrinar hasta estas tierras como luego de ser “libertos” fue la de organizarse y organizar el colectivo de sus vidas.
Bajo las terribles condiciones de la esclavatura, primero la captura, luego la travesía, la arribada y por último el lugar de “trabajo”, no sería extraño suponer que hayan desarrollado formas de ordenamiento y de organización simplemente para hacer más llevadera esta nueva modalidad de vida que les sería definitiva y en la cual tendrían muy pocos derechos y demasiadas obligaciones.
Poco sabemos de esa etapa y lo que sabemos es de mano de los esclavistas o simplemente del blanco que testimoniaba los hechos sin entender, la mas de las veces, lo que realmente les sucedía y lo que pensaban o suponían los afros.
El tema era la lengua.
Casi no había puntos de contacto, salvo señas, gritos, gestos, golpes, en fin el idioma de las bestias ya que los negros eran considerados como tales, de modo que prácticamente nadie se preocupaba por aprender a comunicarse con ellos, mas precisamente una de las primeras condiciones a que fueron sometidos fue al aprendizaje del idioma español, hecho que contribuyó enormemente a la desculturización y a la pérdida de valores únicos de cada pueblo esclavizado. Pasó con el idioma y con la religión.
El afro, mantuvo su moral gracias a mantener en silencio sus creencias, sus divinidades, sus cultos, sus toques de tambor, sus danzas y todo aquello que sus dueños “no entendían”. De ahí que muchos hacían una asociación satánica entre el negro y sus costumbres, o sea: “como no lo entiendo, entonces esta mal, es el diablo”.
Pronto se dieron cuenta que si manifestaban su cultura abiertamente, eran censurados, criticados, torturados o simplemente ignorados con el agregado de una riquísima adjetivación al respecto de sus actos, principalmente en lo que concernía a la danza y a la música, artes vivas que los negros practicaban de manera natural y sin ningún prejuicio.
Las primeras organizaciones de afros y de afrodescendientes fueron las Cofradías.
Eran grupos de esclavizados y libertos que los días Domingo, o sea los que no trabajaban, concurrían a alguna iglesia, veneraban al mismo santo patrón y organizaban las colectas, mantenían el altar y realizaban varias actividades en beneficio del templo y de los curas. Por lo general las Cofradías no mezclaban gentes de colores distintos, así que fueron convidados a reunirse aparte de los blancos y formar las suyas propias. La primera Cofradía de afros que se tenga memoria surgió en 1772 en la iglesia de
Poco a poco se iban reuniendo e identificando por su lugar de origen, siendo en la misma década de 1770 que aparecieron los primeros registros de grupos organizados y en 1787 varios miembros de la cofradía de San Baltasar celebraron el día de su santo con ropas de
Ya por los finales del siglo XVIII y principios del XIX se notaban las “divisiones” por naciones de los negros porteños. En 1809 los miembros de
En ocasiones eran ayudados por sus ex amos o eran beneficiarios de donaciones de terrenos donde después fundarían su Sala de Nación.
Fachada de México 1265, “Candombe de Grigeras”, posible Sala de Nación - aprox. 1890.A.G.N.
Entonces las Naciones fueron organizaciones que, obedeciendo un lugar de origen común, reunían a afros y afrodescendientes para realizar acciones de bien común tales como juntar dinero para la manumisión* de algún miembro aún bajo el régimen de la esclavitud, costear los gastos de las exequias de los fallecidos, celebrar sus fechas mas importantes (sin dudas aquí y en Montevideo la mas importante de todas era el 6 de Enero, día de San Baltasar), concedían préstamos, facilitaban útiles de trabajo y hasta velaban por la buena conducta de sus miembros. Dice José Luis Lanuza: “En 1836 el presidente de
A raíz de la rápida y creciente “organización” de los negros en sociedades y naciones, en 1821 el gobierno emitió un decreto, a través del Regidor Juez de Policía D. Joaquín de Achával el cual reglamentaba las actividades de las naciones, como así también ceñía la autonomía de estas a la tutela del Jefe de Policía o de quién este designare. Esto se traducía en un rendimiento de cuentas mensual de los ingresos y egresos al Alcalde de Barrio, un informe de los miembros y cambios de autoridades, el establecimiento de la vigilancia durante los “bailes de tambor” para mantener el orden y la moderación, la supervisión por parte de los miembros de
Esta especie de “constitución” marcó diferencias con respecto al funcionamiento de las Cofradías, incluso se instaba a crear escuelas para los niños de la comunidad que cuando llegaran a los 16 años el presidente debería ponerlos bajo la enseñanza de algún maestro artesano. Todo esto para los varones, de las niñas, ni mención.
En realidad esta reglamentación, fue un inteligente instrumento de control social ya que todos sus puntos apuntaban al beneficio de la elite blanca y del gobierno. Según George Reid Andrews:
“Aquejada de una permanente escasez de mano de obra calificada, la elite de Buenos Aires esperaba usar a las naciones como medios para crear una fuerza laboral sobria, responsable y estable que proveyera a las necesidades económicas de la ciudad….”
“Y pedir a las sociedades que apoyaran un sistema escolar separado, permitía que las escuelas de la ciudad, permanecieran segregadas a la vez que garantizaba que los niños negros recibieran una educación inferior a la de los blancos. Esto, a su vez consignaría a las futuras generaciones de afroargentinos a los empleos de condición inferior, sacándolos de la competencia con los blancos por una mejor condición económica en la sociedad de la ciudad.”
Bien, a pesar de todo las Naciones fueron el gran canal por donde transitó la vida social de los afros. Durante mas de un siglo se desarrollaron y en su transcurso, se fusionaron, se dividieron, se disolvieron, cambiaron de nombre, se mudaron, en fin, vivieron a la par de la vida de quienes las integraban.
Desde el punto de vista edilicio las construcciones podían ser ranchos de adobe y techo de paja hasta edificaciones típicamente coloniales, teniendo como característica distintiva el de poseer una zona abierta y una cerrada. La primera era destinada a los bailes, los candombes, también llamada el “tambo” o “cancha” donde una capa de arena y tierra era apisonada con los talones para armar la “pista de baile”, la zona pública y de esparcimiento. A veces esta “cancha” se encontraba separada del edificio donde residía
En el interior estaba la “sala”. Casi todas tenían un “altar” donde se veneraba a los santos patronos y a modo de espacio principal estaba la “mesa presidencial” donde se ubicaban sendos sillones a modo de tronos para el Rey y
“Candombe”, Pedro Figari. Escena en una Sala de Nación con el Rey y
Los candombes que se hacían afuera tenían como característica el que eran públicos y la gente podía participar de ellos. Inclusive eran una fuente de finanzas ya que los presentes concurrían en familia y los negros vendían pasteles, roscas y alguna que otra comida y bebida (como la chicha). Eran una atracción tal que, como es sabido, muchas veces concurría Juan Manuel de Rosas acompañado de Encarnación Ezcurra y de su hija Manuelita. El Restaurador parece que gustaba mucho de esas fiestas mas allá del interés político que tenía en aparecer entre los negros y de su “paternalismo” hacia ellos. El famoso cuadro de Martín Boneo da cuenta de ello mostrando a un Rosas relajado junto a Manuelita en un candombe del Tambo Congo supuestamente ubicado en lo que es hoy la esquina de Av.San Juan y Santiago del Estero, allá por 1820.
El Tambo Congo en 1820 (Nación) – Martín Boneo - (se ve a Rosas y a Manuelita de pequeña)
En cambio a puertas cerradas, en las “salas”, se desarrollaban las ceremonias con contenido más hermético, donde según Lauro Ayestarán, se producía la verdadera y mas antigua coreografía del candombe, lugar de nacimiento de los personajes que hoy ostentan las comparsas, se desarrollaban los cultos mortuorios y también las reuniones con carácter mas ejecutivo como el recibimiento de personalidades del gobierno o del Cabildo.
También en el interior no faltaba el plato o bandeja para recibir la “colaboración” de los miembros, los visitantes o de los curiosos que siguiendo este protocolo eran siempre bienvenidos.
En los días festivos la ornamentación pasaba a jugar un papel preponderante en
“…Las salas eran alfombradas y encortinadas de lo mejor; aquellas cuyo suelo no se prestaba a este arreglo, lo cubrían con una gruesa capa de arena. En estos arreglos contaban con el generoso desprendimiento de sus viejos amos, que cooperaban con esos utensilios como ser cortinas, alfombras y otros enseres por el estilo. El trono de los reyes se levantaba en el mejor lugar de la sala y era toda su concentración en el arreglo; en su parte mas elevada lucía un hermoso gallardete construido con su bandera porque cada Nación tenía la suya.” (Memorias de un ex esclavo de 1924).
Mesa presidencial de
La zona de la ciudad donde se ubicaban la mayoría era en torno a
Sobre Chile estaba
Muchas Naciones nacieron del desprendimiento de otras principalmente por diferencias entre sus miembros. Tal es el caso de
Según George Reid Andrews en su libro “Los afroargentinos de Buenos Aires”, las Naciones Africanas en Buenos Aires fueron las siguientes según su lugar de origen entre 1770 – 1900:
África Occidental: Abayá – Auzá – Bornó – Carabarí (Carabalí) – Goyo – Main – Maquaqua – Mina Nagó – Mina Mají – Moros – Sabalú – Santé (Ashanti) – Tacuá – Yida. (14)
Congo: Augunga – Basundi – Cambundá (Cabinda - Cabunda) – Congo – Loango – Lubolo – Lumboma – Luumbí – Mayombé – Momboma – Mondongo – Umbonia – Zeda – Zongo. (14)
Angola: Angola – Benguela – Casanche (Kasanje) – Ganguelá – Huombé – Lucango – Majumbi – Muñandá – Quipará (Kibala) – Quisamá (Kisama) _Umbala. (11)
África Oriental: Malavé (Malawi) – Mandinga – Mauinga – Mozambique – Muchague – Mucherengue – Muñambani. (7)
Afroargentino: Argentina Federal (1)
Afrobrasileña: Brasileños Bahianos – Nación Brasileira (2)
Desconocidas: Bagungane – Hambuero – Monyolo – Villamoani (4)
Total : 53 naciones
Es muy común encontrar en la escasa literatura sobre el tema que a un término o palabra de origen africano se le cambiaba la pronunciación y también la escritura pero siempre era la misma palabra. Este hecho se debía al desconocimiento absoluto que tenían los criollos de los idiomas negros, como la lengua bantú que fue la que preponderó en el Río de
El auge de estas organizaciones tuvo su punto máximo durante la época de Rosas (entre 1829 y 1852) al término de la cual, lenta pero firmemente fueron cambiando su razón de ser, abandonando hábitos, olvidando los orígenes.
Las razones son las mismas que la de la progresiva disminución demográfica de los afros en Buenos Aires.
“Junto a innegables beneficios, las naciones produjeron también el efecto negativo de dividir a la comunidad afroargentina y favorecer conflictos étnicos, que aparecen con frecuencia en los registros policiales de la época. La tendencia a la subdivisión fue una de sus mayores debilidades; hubo casos en que individuos o grupos emplearon pretextos étnicos para cubrir disputas de naturaleza política o personal, auque también es cierto que esta desunión, que reflejaba diferencias étnicas y divisiones procedentes de la misma África, fue una etapa inevitable en la historia de los afroargentinos que, con la declinación de su número, se fue atenuando para dar lugar a una última etapa en el desarrollo de su organización social: las sociedades de ayuda mutua”.
(Dina V. Picotti)
No obstante hubieron quienes las recordaron con afecto y se preocuparon por mantener vivo el recuerdo: “…Los bienes de nuestros abuelos…esos centros de reunión fundados por nuestros viejos…construidos a fuerza de constancia, en las pocas horas de ocio de que disponían. Estos centros de reunión que mas tarde vulgarmente se llamaban sitios, ‘Naciones’ o ‘Tambos’…sagradas propiedades…”
(Periódico “
Las Naciones Africanas son consideradas como las fundadoras del mutualismo en Argentina. Mucho antes que los sindicatos anarquistas y socialistas; sus miembros fueron quienes empezaron a practicar aquello de la solidaridad social en un medio que les era muy hostil y con el que no podían contar para desarrollarse ni tampoco para gozar de los mismos derechos y beneficios que el blanco. Su metamorfosis llegó, en el caso de Montevideo, hasta las comparsas de carnaval que aún hoy algunas de ellas, simbolizan ese origen común que empezó en África y llegó hasta el “barrio”.
Fueron parte viva de nuestra ciudad, ocuparon un lugar, se les debe mucho…
Así como nos oponemos al término “desaparecido” al referirnos a los afros o afrodescendientes, también consideramos importante difundir entre las nuevas generaciones o simplemente entre los que no lo saben, estos aspectos de la historia afro de Buenos Aires para que realmente no desaparezca ni su cultura, ni su historia, ni su recuerdo y por lo tanto, ni su presente.
Jorge Algorta
Enero 2008
(*) Según el Derecho Romano era el acto de otorgar la libertad de un esclavo de parte del amo a cambio de dinero y/o bienes, servicios, etc. según fuera el trato.