NACIONES AFRICANAS EN BUENOS AIRES
Una de las características mas sobresalientes que tuvieron los esclavos negros, tanto en su triste peregrinar hasta estas tierras como luego de ser “libertos” fue la de organizarse y organizar el colectivo de sus vidas.
Bajo las terribles condiciones de la esclavatura, primero la captura, luego la travesía, la arribada y por último el lugar de “trabajo”, no sería extraño suponer que hayan desarrollado formas de ordenamiento y de organización simplemente para hacer más llevadera esta nueva modalidad de vida que les sería definitiva y en la cual tendrían muy pocos derechos y demasiadas obligaciones.
Poco sabemos de esa etapa y lo que sabemos es de mano de los esclavistas o simplemente del blanco que testimoniaba los hechos sin entender, la mas de las veces, lo que realmente les sucedía y lo que pensaban o suponían los afros.
El tema era la lengua.
Casi no había puntos de contacto, salvo señas, gritos, gestos, golpes, en fin el idioma de las bestias ya que los negros eran considerados como tales, de modo que prácticamente nadie se preocupaba por aprender a comunicarse con ellos, mas precisamente una de las primeras condiciones a que fueron sometidos fue al aprendizaje del idioma español, hecho que contribuyó enormemente a la desculturización y a la pérdida de valores únicos de cada pueblo esclavizado. Pasó con el idioma y con la religión.
El afro, mantuvo su moral gracias a mantener en silencio sus creencias, sus divinidades, sus cultos, sus toques de tambor, sus danzas y todo aquello que sus dueños “no entendían”. De ahí que muchos hacían una asociación satánica entre el negro y sus costumbres, o sea: “como no lo entiendo, entonces esta mal, es el diablo”.
Pronto se dieron cuenta que si manifestaban su cultura abiertamente, eran censurados, criticados, torturados o simplemente ignorados con el agregado de una riquísima adjetivación al respecto de sus actos, principalmente en lo que concernía a la danza y a la música, artes vivas que los negros practicaban de manera natural y sin ningún prejuicio.
Las primeras organizaciones de afros y de afrodescendientes fueron las Cofradías.
Eran grupos de esclavizados y libertos que los días Domingo, o sea los que no trabajaban, concurrían a alguna iglesia, veneraban al mismo santo patrón y organizaban las colectas, mantenían el altar y realizaban varias actividades en beneficio del templo y de los curas. Por lo general las Cofradías no mezclaban gentes de colores distintos, así que fueron convidados a reunirse aparte de los blancos y formar las suyas propias. La primera Cofradía de afros que se tenga memoria surgió en 1772 en la iglesia de La Piedad y veneraba a San Baltasar mientras que desde 1780 se registran las del Convento de San Francisco, a San Benito, la del Santo Domingo donde se veneraba a la virgen del Rosario y la de Santa María de Corvellón en la iglesia de La Merced.
La Iglesia nunca entregó la dirección de esas Cofradías a sus miembros, por lo que eran dirigidas por el sacerdote quien decidía todo. Esto fue alimentando la necesidad de reunirse en ámbitos donde pudieran relacionarse y donde no tuvieran que rendirle cuentas a nadie más que a sus compañeros.
Poco a poco se iban reuniendo e identificando por su lugar de origen, siendo en la misma década de 1770 que aparecieron los primeros registros de grupos organizados y en 1787 varios miembros de la cofradía de San Baltasar celebraron el día de su santo con ropas de la Nación Cambundá. Mas tarde pasaría a llamarse Hermandad de los Negros de Guinea.
Ya por los finales del siglo XVIII y principios del XIX se notaban las “divisiones” por naciones de los negros porteños. En 1809 los miembros de la Nación Congo logran comprar una propiedad juntando dinero en sus bailes, en fiestas y poniéndolo de sus propios bolsillos. Así los Congos fueron los primeros en tener “casa propia”.
En ocasiones eran ayudados por sus ex amos o eran beneficiarios de donaciones de terrenos donde después fundarían su Sala de Nación.
Fachada de México 1265, “Candombe de Grigeras”, posible Sala de Nación - aprox. 1890.A.G.N.
Entonces las Naciones fueron organizaciones que, obedeciendo un lugar de origen común, reunían a afros y afrodescendientes para realizar acciones de bien común tales como juntar dinero para la manumisión* de algún miembro aún bajo el régimen de la esclavitud, costear los gastos de las exequias de los fallecidos, celebrar sus fechas mas importantes (sin dudas aquí y en Montevideo la mas importante de todas era el 6 de Enero, día de San Baltasar), concedían préstamos, facilitaban útiles de trabajo y hasta velaban por la buena conducta de sus miembros. Dice José Luis Lanuza: “En 1836 el presidente de la Nación Casanche llegó a pedir el fusilamiento de un moreno liberto por haber asesinado a traición a un esclavo, ‘pues, un atentado de esa naturaleza no se ha cometido nunca en las sociedades africanas y es necesario que tan funesto ejemplo sea castigado pronto y severamente…’ A la ejecución concurrieron delegaciones de las naciones negras”.
A raíz de la rápida y creciente “organización” de los negros en sociedades y naciones, en 1821 el gobierno emitió un decreto, a través del Regidor Juez de Policía D. Joaquín de Achával el cual reglamentaba las actividades de las naciones, como así también ceñía la autonomía de estas a la tutela del Jefe de Policía o de quién este designare. Esto se traducía en un rendimiento de cuentas mensual de los ingresos y egresos al Alcalde de Barrio, un informe de los miembros y cambios de autoridades, el establecimiento de la vigilancia durante los “bailes de tambor” para mantener el orden y la moderación, la supervisión por parte de los miembros de la Policía, de las elecciones de autoridades y hasta el nombramiento de los funcionarios que les pareciera oportuno por parte de esta institución.
Esta especie de “constitución” marcó diferencias con respecto al funcionamiento de las Cofradías, incluso se instaba a crear escuelas para los niños de la comunidad que cuando llegaran a los 16 años el presidente debería ponerlos bajo la enseñanza de algún maestro artesano. Todo esto para los varones, de las niñas, ni mención.
En realidad esta reglamentación, fue un inteligente instrumento de control social ya que todos sus puntos apuntaban al beneficio de la elite blanca y del gobierno. Según George Reid Andrews:
“Aquejada de una permanente escasez de mano de obra calificada, la elite de Buenos Aires esperaba usar a las naciones como medios para crear una fuerza laboral sobria, responsable y estable que proveyera a las necesidades económicas de la ciudad….”
“Y pedir a las sociedades que apoyaran un sistema escolar separado, permitía que las escuelas de la ciudad, permanecieran segregadas a la vez que garantizaba que los niños negros recibieran una educación inferior a la de los blancos. Esto, a su vez consignaría a las futuras generaciones de afroargentinos a los empleos de condición inferior, sacándolos de la competencia con los blancos por una mejor condición económica en la sociedad de la ciudad.”
Bien, a pesar de todo las Naciones fueron el gran canal por donde transitó la vida social de los afros. Durante mas de un siglo se desarrollaron y en su transcurso, se fusionaron, se dividieron, se disolvieron, cambiaron de nombre, se mudaron, en fin, vivieron a la par de la vida de quienes las integraban.
Desde el punto de vista edilicio las construcciones podían ser ranchos de adobe y techo de paja hasta edificaciones típicamente coloniales, teniendo como característica distintiva el de poseer una zona abierta y una cerrada. La primera era destinada a los bailes, los candombes, también llamada el “tambo” o “cancha” donde una capa de arena y tierra era apisonada con los talones para armar la “pista de baile”, la zona pública y de esparcimiento. A veces esta “cancha” se encontraba separada del edificio donde residía la Nación.
En el interior estaba la “sala”. Casi todas tenían un “altar” donde se veneraba a los santos patronos y a modo de espacio principal estaba la “mesa presidencial” donde se ubicaban sendos sillones a modo de tronos para el Rey y la Reina quienes dirigían las ceremonias y las reuniones. Estos no eran más que el Presidente y su esposa.
“Candombe”, Pedro Figari. Escena en una Sala de Nación con el Rey y la Reina presidiendo la ceremonia.
Los candombes que se hacían afuera tenían como característica el que eran públicos y la gente podía participar de ellos. Inclusive eran una fuente de finanzas ya que los presentes concurrían en familia y los negros vendían pasteles, roscas y alguna que otra comida y bebida (como la chicha). Eran una atracción tal que, como es sabido, muchas veces concurría Juan Manuel de Rosas acompañado de Encarnación Ezcurra y de su hija Manuelita. El Restaurador parece que gustaba mucho de esas fiestas mas allá del interés político que tenía en aparecer entre los negros y de su “paternalismo” hacia ellos. El famoso cuadro de Martín Boneo da cuenta de ello mostrando a un Rosas relajado junto a Manuelita en un candombe del Tambo Congo supuestamente ubicado en lo que es hoy la esquina de Av.San Juan y Santiago del Estero, allá por 1820.
El Tambo Congo en 1820 (Nación) – Martín Boneo - (se ve a Rosas y a Manuelita de pequeña)
En cambio a puertas cerradas, en las “salas”, se desarrollaban las ceremonias con contenido más hermético, donde según Lauro Ayestarán, se producía la verdadera y mas antigua coreografía del candombe, lugar de nacimiento de los personajes que hoy ostentan las comparsas, se desarrollaban los cultos mortuorios y también las reuniones con carácter mas ejecutivo como el recibimiento de personalidades del gobierno o del Cabildo.
También en el interior no faltaba el plato o bandeja para recibir la “colaboración” de los miembros, los visitantes o de los curiosos que siguiendo este protocolo eran siempre bienvenidos.
En los días festivos la ornamentación pasaba a jugar un papel preponderante en la Nación.
“…Las salas eran alfombradas y encortinadas de lo mejor; aquellas cuyo suelo no se prestaba a este arreglo, lo cubrían con una gruesa capa de arena. En estos arreglos contaban con el generoso desprendimiento de sus viejos amos, que cooperaban con esos utensilios como ser cortinas, alfombras y otros enseres por el estilo. El trono de los reyes se levantaba en el mejor lugar de la sala y era toda su concentración en el arreglo; en su parte mas elevada lucía un hermoso gallardete construido con su bandera porque cada Nación tenía la suya.” (Memorias de un ex esclavo de 1924).
Mesa presidencial de la Nación Benguela , 1870. A.G.N.
La zona de la ciudad donde se ubicaban la mayoría era en torno a la Iglesia de Montserrat y por ende, en el barrio homónimo, también llamado Barrio del Tambor o Barrio del Mondongo. Según el historiador Francisco Romay entre las calles Buen Orden (Bernardo de Irigoyen) hacia el Oeste por las calles Chile y Mexico, aparecían gran parte de las sedes de las Naciones.
Sobre Chile estaba la Nación Cabunda fundada el 14 de Diciembre de 1823, la Nación Moros fundada el 11 de Agosto de 1825, en Mexico 1272 la Nación Benguela fundada el 6 de Diciembre de 1829, también en México la Nación Mina fundada el 17 de Agosto de 1825 y la Caricari fundada el 21 de Octubre de 1828. Sobre la calle Independencia estaba la Nación Congo, fundada el 20 de Marzo de 1827, la Rubolo, el 1 de Diciembre de 1826 y la Angola, fundada el 20 de Marzo de 1827.
Muchas Naciones nacieron del desprendimiento de otras principalmente por diferencias entre sus miembros. Tal es el caso de la Mayombe, Quipará, Mondongo, Mozambique, Loango , Munanche y otras.
Según George Reid Andrews en su libro “Los afroargentinos de Buenos Aires”, las Naciones Africanas en Buenos Aires fueron las siguientes según su lugar de origen entre 1770 – 1900:
África Occidental: Abayá – Auzá – Bornó – Carabarí (Carabalí) – Goyo – Main – Maquaqua – Mina Nagó – Mina Mají – Moros – Sabalú – Santé (Ashanti) – Tacuá – Yida. (14)
Congo: Augunga – Basundi – Cambundá (Cabinda - Cabunda) – Congo – Loango – Lubolo – Lumboma – Luumbí – Mayombé – Momboma – Mondongo – Umbonia – Zeda – Zongo. (14)
Angola: Angola – Benguela – Casanche (Kasanje) – Ganguelá – Huombé – Lucango – Majumbi – Muñandá – Quipará (Kibala) – Quisamá (Kisama) _Umbala. (11)
África Oriental: Malavé (Malawi) – Mandinga – Mauinga – Mozambique – Muchague – Mucherengue – Muñambani. (7)
Afroargentino: Argentina Federal (1)
Afrobrasileña: Brasileños Bahianos – Nación Brasileira (2)
Desconocidas: Bagungane – Hambuero – Monyolo – Villamoani (4)
Total : 53 naciones
Es muy común encontrar en la escasa literatura sobre el tema que a un término o palabra de origen africano se le cambiaba la pronunciación y también la escritura pero siempre era la misma palabra. Este hecho se debía al desconocimiento absoluto que tenían los criollos de los idiomas negros, como la lengua bantú que fue la que preponderó en el Río de la Plata. Entonces cada uno pronunciaba como le parecía. Tal el caso de la Nación Lubolos que también se la encuentra como Lucolos, Rubolos o Ribolos.
El auge de estas organizaciones tuvo su punto máximo durante la época de Rosas (entre 1829 y 1852) al término de la cual, lenta pero firmemente fueron cambiando su razón de ser, abandonando hábitos, olvidando los orígenes.
Las razones son las mismas que la de la progresiva disminución demográfica de los afros en Buenos Aires.
“Junto a innegables beneficios, las naciones produjeron también el efecto negativo de dividir a la comunidad afroargentina y favorecer conflictos étnicos, que aparecen con frecuencia en los registros policiales de la época. La tendencia a la subdivisión fue una de sus mayores debilidades; hubo casos en que individuos o grupos emplearon pretextos étnicos para cubrir disputas de naturaleza política o personal, auque también es cierto que esta desunión, que reflejaba diferencias étnicas y divisiones procedentes de la misma África, fue una etapa inevitable en la historia de los afroargentinos que, con la declinación de su número, se fue atenuando para dar lugar a una última etapa en el desarrollo de su organización social: las sociedades de ayuda mutua”.
(Dina V. Picotti)
No obstante hubieron quienes las recordaron con afecto y se preocuparon por mantener vivo el recuerdo: “…Los bienes de nuestros abuelos…esos centros de reunión fundados por nuestros viejos…construidos a fuerza de constancia, en las pocas horas de ocio de que disponían. Estos centros de reunión que mas tarde vulgarmente se llamaban sitios, ‘Naciones’ o ‘Tambos’…sagradas propiedades…”
(Periódico “La Broma”, 30 de Abril de 1881)
Las Naciones Africanas son consideradas como las fundadoras del mutualismo en Argentina. Mucho antes que los sindicatos anarquistas y socialistas; sus miembros fueron quienes empezaron a practicar aquello de la solidaridad social en un medio que les era muy hostil y con el que no podían contar para desarrollarse ni tampoco para gozar de los mismos derechos y beneficios que el blanco. Su metamorfosis llegó, en el caso de Montevideo, hasta las comparsas de carnaval que aún hoy algunas de ellas, simbolizan ese origen común que empezó en África y llegó hasta el “barrio”.
Fueron parte viva de nuestra ciudad, ocuparon un lugar, se les debe mucho…
Así como nos oponemos al término “desaparecido” al referirnos a los afros o afrodescendientes, también consideramos importante difundir entre las nuevas generaciones o simplemente entre los que no lo saben, estos aspectos de la historia afro de Buenos Aires para que realmente no desaparezca ni su cultura, ni su historia, ni su recuerdo y por lo tanto, ni su presente.
Jorge Algorta
Enero 2008
(*) Según el Derecho Romano era el acto de otorgar la libertad de un esclavo de parte del amo a cambio de dinero y/o bienes, servicios, etc. según fuera el trato.